Hoy la he visto.
Hoy la he visto y no me ha importado.
Llevaba un abrigo mostaza.
No la mirabas siquiera.
- Geneviève…
[…]
- Qué árbol de navidad tan bonito, ¿lo has decorado tú?
- No, ha sido mi mujer. Lo ha puesto, más que nada, por el niño.
- Claro…
- ¿Estás de luto?
- Mi madre murió el otoño pasado.
- ¿Qué nombre le has puesto [a la niña]?
- Françoise. Se parece mucho a ti. ¿Quieres verla?
Niega con la cabeza
- Creo que puedes marcharte.
- ¿Te va todo bien?
- Sí, muy bien.
Escena final de la película Les parapluies de Cherbourg, de Jacques Demy, 1964.