jueves, 11 de diciembre de 2008

The blues are still blue

Si hay un color al que se puede llamar azul entre los azules, ese es el que me hizo creer en Dios una mañana de diciembre. El que me fulminó e hincó mis rodillas en el suelo, por el que pedí perdón a todo azul al que alguna vez hubiera podido ofender... Me hipnotizó para distraerme y terminé por coger el autobús equivocado, de la consistencia y color de un cielo de verano, sin más nubes que una pupila.