
Ahora no pretendas fingir que son esas cuerdas las que te atan. Ha pasado mucho tiempo, y ya no vas a confundirme. Sólo necesito que me digas que ya no tienes miedo, porque yo ya no le temo a nada, salvo a tus miedos, a tu indecisión y a tener que verme amordazando este grito otros cien años más.
1 comentario:
duelen. El tiempo, la indecisión, los años, las dudas. Duelen y no nos dejan respirar. Es facil perderse dentro de ese mundo atemporal donde los relojes se nos presentan desnudos, sin agujas, llenos de miradas cabizbajas.
Publicar un comentario